La historia parlamentaria del
Partido Obrero Socialista (Partido Comunista), se inicia en los albores del
siglo XX, cuando en las elecciones de
1906 Luis Emilio Recabarren es elegido Diputado
por Tocopilla, aún militante del Partido Demócrata. Como es sabido, producto de
una maniobra política nunca llegó a ocupar su sillón en el Parlamento. La oligarquía no permitió que un hijo de la
clase obrera ingresara al sacrosanto parlamento, dominado sin contrapeso por
las clases dominantes.
Pero, no hubo que esperar muchos
años. En 1921 Recabarren fue electo Diputado por Antofagasta, como miembro del
Partido Obrero Socialista, perseverando en su campaña reivindicativa y de
difusión de los ideales socialistas, llamando a la unión y lucha de los
trabajadores.
Recabarren en 1922 escribe un
sugestivo artículo en el Diario “La Federación Obrera”, de Santiago, en el que
expresa su opinión sobre el rol de los comunistas en el
Parlamento. Dice Recabarren: “Un representante comunista no va al Congreso a
hacer política, a cooperar con los burgueses, a pedir empleos, a mendigar
sueldos, o a intrigas entre pasillos”... ”El parlamentario comunista investido
de la representación de un Partido serio que encierra en sí las aspiraciones y
la voluntad de las masas ya no sumisas; va a la Cámara a destruir, a despedazar
con su crítica libre y severa, la dialéctica jesuítica y sofista, de los
representantes burgueses; y a iluminar, con el resplandor de la doctrina comunista
los problemas vitales que nos acosan”...”Los que confunden, al Diputado
comunista con el Diputado burgués, no saben lo que dicen”.
“El Partido Comunista desde hace
un año, tiene en el Parlamento, dos representantes”, recuerda Recabarren, y
reafirma que en la Cámara...”los intereses de los trabajadores han sido
defendidos con calor; el entusiasmo revolucionario se levanta hasta en los
ranchos de paja y de terrón de nuestros trabajadores rurales, hasta donde ha
llegado la palabra de nuestros diputados comunistas; y la fe en días mejores se
enciende en los cerebros de todos los que sufren, de todos los que padecen, de
todos los que penan, como la promesa de una vida nueva. Nuestros compañeros
actúan en las Cámaras con el aplauso unánime, con la aprobación más entusiasta,
de la verdadera masa laboriosa de la nación”.
Recabarren no fue el único
parlamentario, otros destacados dirigentes obreros, fueron Diputados, como Luis
Víctor Cruz, Salvador Barra Wolff y decenas de otros hombres y mujeres que en cien años
del Partido Comunista han defendido los intereses de los trabajadores desde
todos los frentes y en todas las circunstancias.
Ya en 1912, en el “Despertar de los Trabajadores”,Recabarren
escribe un memorable artículo titulado “El Socialismo”, en el cual refiere la
responsabilidad de la minoría socialista en el Congreso, dice ”Mientras los
socialistas están en minoría en el Congreso su acción más importante será la
fiscalización a los actos incorrectos y la crítica a los defectos de la
organización presente”….”En la creación de las Leyes, los socialistas gastarán
todos los empeños posibles por introducir todo aquello que concurra a salvar al
proletariado de la rapacidad burguesa”. Y continúa, “Si la minoría socialista
puede, introducirá sus leyes propias y librará la batalla para convertirlas en
leyes efectivas…dentro de esta acción la minoría socialista va obteniendo
ventajas. Las primeras leyes conquistadas servirán de base y apoyo para sobre
ellas conquistar otras”.
Para Recabarren la lucha política
del proletariado se basaba en la fuerza de la organización, en la movilización
de las masas, en el ocupar pertinazmente todos los espacios de poder que puedan
ir conquistando a través de sus luchas.
En estas circunstancias, en
1921 los socialistas presentan a los
trabajadores un proyecto de Nueva Constitución. “A modo de estudio y
propaganda, ofrecemos a nuestros lectores y federados, un proyecto de lo que a
nuestro juicio podría ser la NUEVA CONSTITUCION DE CHILE, que ojalá en todas
partes haya quienes lo estudien y lo perfeccionen, para que cuando la
Federación Obrera de Chile tenga suficiente capacidad, pueda hacerlo ley de la
República”.
Es el primer intento de reforma
constitucional, surgido desde las clases populares para reformar la
Constitución oligárquica de 1833, antes de que se aprobara la Carta Fundamenta
de 1925. Se basaba en un concepto de República Federalista, compuesta por Asambleas Industriales, que reunían
sectorialmente a toda la sociedad, obreros, campesinos, intelectuales, pequeños
propietarios; por los Municipios como representación del poder territorial, y
una Asamblea Nacional. En estos componentes vivos de la sociedad residía la
soberanía popular, en la visión de construir un Estado Social. Obviamente fue
un intento fallido, pero por primera vez se tuvo conciencia desde el mundo
popular de la necesidad de tener una Constitución que representara los
intereses del conjunto de la sociedad y no solo de la oligarquía como dueños
del poder.
En comentarios a este proyecto Recabarren
reconocía que, “De las Cámaras legislativas nada, absolutamente nada se puede o
se debe esperar. Las cámaras compuestas de burgueses explotadores del pueblo
jamás permitirán que triunfe una mayoría obrera ni menos que se hagan leyes que
efectivamente produzcan el permanente bienestar que necesitan las multitudes
trabajadoras”. Los burgueses harán leyes que nos engañen o nos entretengan,
pero nunca harán leyes de veras nos
beneficien…..Este proyecto de Constitución que entregamos a la consideración
popular no será ley jamás por un parlamento burgués.”
96 años después, el pueblo de
Chile se enfrenta a otro desafío inmenso, el poder dar a Chile una Nueva
Constitución, a través de una Asamblea Constituyente, que deshaga los nudos
autoritarios dejados por la dictadura y la nueva oligarquía neo liberal.
Ver: Reforma constitucional de
LER.
Ronald Wilson
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