jueves, 30 de marzo de 2017

HERNÁN RAMÍREZ NECOCHEA, EL HISTORIADOR, EL HOMBRE, EL MAESTRO.

El 27 de marzo de 1917, nacía en Valparaíso, el Profesor Hernán Ramírez Necochea, considerado el más importante historiador chileno del siglo XX y el primero que puso a la clase trabajadora como protagonista y sujeto de la historia. Con él nace una nueva forma de hacer historia, no desde las clases dirigentes, sino desde la perspectiva de los obreros, campesinos, artesanos, profesionales,  que son los que verdaderamente construyen la historia de un país. Con el fin de mostrar que ese camino era una forma  válida de pensar y hacer la historia, en 1952 funda la Cátedra de Historia Económica y Social, en la Universidad de Chile. Es la nueva historiografía que Ramírez Necochea genera a partir del análisis marxista de la sociedad y teniendo como sustento metodológico los principios del materialismo histórico. Con ello pretende superar la forma más tradicional de la historiografía, que solo releva los hechos políticos o ideológicos y por ende considera a las figuras más significativas de los sectores dominantes o ligadas al poder, como los únicos personajes de la historia.  

Entre sus obras se destacan "La Guerra Civil de 1891. Antecedentes económicos"  1958, “Balmaceda y la Contrarrevolución de 1891, 1958 y reeditado en 1972;  "Historia del movimiento obrero de Chile", 1956), "Antecedentes económicos de la Independencia de Chile", 1959; segunda edición, 1967), "Historia del imperialismo en Chile", 1960 y reeditado en 1971; "Origen y formación del Partido Comunista de Chile", 1965; segunda edición Editorial Progreso, Moscú, 1984, "Estados Unidos y América Latina", 1965) y "Las Fuerzas Armadas y la Política en Chile (1810-1970)" publicado en 1984).  En  2007, la Editorial LOM, publica las Obras Escogidas de Hernán Ramírez Necochea, en las cuales recoge sus más importantes obras. 

El Profesor Ramírez Necochea supo conciliar perfectamente su vocación como investigador y estudioso con su otra pasión que era la enseñanza. Fue así como se desempeñó como profesor de historia en los liceos Valentín Letelier, Aplicación y  Amunátegui, y como profesor del Departamento de Historia del Instituto Pedagógico de la Universidad Chile, donde en medio del proceso de la Reforma Universitaria, en 1968 fue elegido Decano de la Facultad de Filosofía y Educación. Allí se transforma en un maestro de varias generaciones de historiadores, investigadores  y profesores. 

En esas circunstancias conocí a Don Hernán, cuando ingresé a la carrera de Historia en el antiguo Pedagógico, en 1968, siendo él profesor titular de Historia Medieval y de Historia de Chile, en momentos en que el ambiente político y el medio universitario eran de gran efervescencia, con un nivel de discusión y debate ideológico pocas veces visto en el país. En ese escenario convulsionado, en el cual se debatía el rol y futuro de la Universidad, Hernán Ramírez entregó lo mejor de sí como persona y como intelectual, mostrando su rigurosidad académica, su claridad conceptual, su visión del deber ser de la Universidad, con una humildad propia de los verdaderos intelectuales, que lo llevó ser el gran organizador  que supo concordar las posiciones más extremas,  y hacer avanzar el proceso de reforma en situaciones no exentas de contradicciones. 

Con esa personalidad austera pero tremendamente cálida, Ramírez Necochea mostraba  la dignidad de los grandes intelectuales, que no hacía alarde de erudición, aunque que tenía una formación académica de alto nivel para la época, en que los títulos y grados no eran cosa común entre los docentes universitarios, pues era Master of Arts por la Universidad de Columbia y Doctor en Historia por la Universidad Carolina de Praga.

Hernán Ramírez Necochea, fue un hombre que se destacó entre sus pares, entre los cuales había destacados profesores que dejaron profunda huella. Entre los más recordados sin duda está su camarada y amigo Fernando Ortiz Letelier, detenido desaparecido hasta el día de hoy. Pero también es posible recordar a personajes de muy distinto signo ideológico, de la talla de Eugenio Pereira Salas, Guillermo Feliu Cruz, Mario Céspedes, Sergio Villalobos, Ricardo Krebs, César de León, Álvaro Jara y tantos otros, que contrastan con la mediocridad en que cae la Facultad después del Golpe Militar del 73.

Pero Hernán Ramírez no fue solo un intelectual lúcido, sino que fue un hombre de su tiempo, con un compromiso político explícito, que lo llevó militar en el Partido Comunista desde 1934, y como tal jugó un rol muy importante en la elaboración de las políticas universitarias de su Partido, y consecuente con  su vocación de formador, destacaba su actitud de profunda responsabilidad con los jóvenes comunistas, al poder estar en un momento en una álgida sesión del Consejo de la Facultad y al momento siguiente estaba dando una charla sobre la Historia del Partido en una Base de la Jota, dando muestras nuevamente de su real entender de lo que es un verdadero intelectual. 

Pero quizás el prestigio académico de Hernán Ramírez Necochea, yo lo pueda graficar en una escena que para mí es imborrable, de un hombre que alcanza esa categoría de maestro. Recuerdo que siendo ya Decano, debido a sus altas responsabilidades casi no daba clases, por tanto, cuando anunciaba que realizaría una, era todo un acontecimiento. Lo veíamos llegar a una de esas añosas salas del Departamento de Historia que se repletaba no solo con alumnos de su cátedra,  sino de otras asignaturas y de otros departamentos, y como siempre se sentaba parsimoniosamente, se acomodaba sus lentes y preparaba sus fichas, ya que nunca improvisaba. Comenzaba a desarrollar sus ideas, envolviendo el ambiente con una atención expectante de parte de sus alumnos y auditores, y en una situación pocas vistas en una clase universitaria, terminada la exposición, espontáneamente los alumnos irrumpían en aplausos, quizás como agradecimiento por ese deleite intelectual de escuchar una clase magistral, pero en un día cualquiera en el combativo pedagógico de los años 70. 


El golpe Militar de 1973 fue para él una tragedia política y personal que nunca pudo superar. Como tantos otros intelectuales tuvo que salir al exilio. En Francia fue acogido por la Universidad de París como Profesor de Historia Latinoamericana. Allí siguió escribiendo y fundamentalmente pensado a un Chile  libre de la intolerancia fascista. Ramírez Necochea falleció en el exilio en Paris el 21 de Octubre de 1979, a los 62 años, en plena capacidad de su producción historiográfica.

El legado como historiador de Hernán Ramírez Necochea, es sin lugar a dudas uno de los más importantes  del siglo XX, contiene  una herencia que es necesario preservar y difundir para las nuevas generaciones, que necesitan más que nunca de la honestidad de un hombre que marcó un camino: construir la historia desde la experiencia y practica de la clase trabajadora, para así entender el significado de nuestro pasado y los cambios que habrán de sobrevenir.



Ronald Wilson

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