lunes, 19 de diciembre de 2022



MIGRACIÓN Y RACISMO

Las Naciones Unidas han concluido un proceso de formulación del Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, que se formula desde los Objetivos de Desarrollo Sustentable ODS 2030.


El Pacto Mundial enumera 23 objetivos para la acción de los Estados, reforzados por compromisos específicos, que pretenden abordar los retos relacionados con la migración actual. Los compromisos y acciones del GCM pueden considerarse una guía para que los Estados cumplan con sus obligaciones en materia de derechos humanos a la hora de diseñar medidas de gobernanza de la migración para reducir los riesgos y vulnerabilidades a los que se enfrentan los migrantes en las diferentes etapas de la migración y para crear condiciones propicias que permitan a todos los migrantes convertirse en miembros activos de la sociedad.  [i]

Así mismo en la Declaración de los Ángeles de 2022, se plantea que, “Renovando nuestro compromiso de respetar y garantizar los derechos humanos de todos los migrantes y personas que necesitan protección internacional, reconocemos la responsabilidad de cada país de gestionar los movimientos mixtos a través de las fronteras internacionales de manera segura, humana, ordenada y regular.  Tenemos la intención de ampliar los esfuerzos de colaboración para salvar vidas, abordar la violencia y la discriminación, contrarrestar la xenofobia y combatir el tráfico ilícito de migrantes y la trata de personas.  Esto incluye una mayor colaboración para enjuiciar a las organizaciones delictivas de tráfico ilícito de migrantes y trata de personas, así como a sus facilitadores y redes de lavado de dinero.  Nos comprometemos a proporcionar protección y asistencia adecuadas a las personas victimizadas”.  [ii]

Chile está lejos de equipararse a esos consensos mundiales. Como país nos negamos a entender que las migraciones son la base del proceso de integración, debido al aporte permanente de los diferentes orígenes nacionales   y de sus aportes en al ámbito social, económico y especialmente de la cultura. No somos capaces de comprender que los derechos políticos y sociales de los migrantes, son aportes al relacionamiento de los estados en los procesos de integración política y económica, pero en Chile, miramos a los migrantes con desconfianza y miedo.

Para nuestro país se hace urgente diseñar una Política de Acogida e Inserción Integral de las personas migrantes desde  una perspectiva de Derechos Humanos y de respeto a la realidad intercultural,  que promuevan el desarrollo de una Cultura de la Migración. Esta política de acogida  presupone un rechazo explícito a toda forma de  xenofobia, racismo, exclusión  y discriminación. 

Esa falta de comprensión de las migraciones como un fenómeno de desarrollo intercultural que enriquece a los países, en nuestro país lo asociamos  a comportamientos criminaliza el fenómeno migratorio a través del racismo y la discriminación.

Se supone para ciertas concepciones antropológicas tradicionales  que el  concepto de ‘raza’, nos identifica y por ende nos singulariza y nos separa. La tradicional selección de razas de Friedrich Blumenbach en 1790 consideraba la existencia de cinco razas, mongólica, amarilla, americana, caucásica o blanca, malaya o asiática, etíope o negra  Gobineau, en 1853, reconocía solo tres razas, blanca, amarilla y negra.

Para algunos la noción de raza supone la amalgama necesaria entre ciertos rasgos corporales como el color de la piel que son concebidos como heredados e inmutables con unas características intelectuales y de comportamiento que se consideran irremediablemente derivadas. De esta manera se entiende el concepto de raza cuando se afirma que alguien piensa o se comporta de esta u otra forma porque es negro o porque es indio.

Pero no existen fundamentos válidos de orden genético para desagregar significativamente los tipos humanos en razas. Las variaciones genéticas no corroboran la existencia de entidades biológicas en términos raciales. Las variaciones en las tipologías indican que son construcciones históricas, que evidencian la arbitrariedad de la selección de unos rasgos corporales pero no de otros. Resaltar el color de la piel o la forma de la nariz, del cabello o de los labios, son afirmaciones arbitrarias para clasificar poblaciones. Además, ninguna de las ‘razas’ así desagregadas son homogéneas en cualquiera de los rasgos seleccionados. El color de la piel, varía grandemente entre las poblaciones clasificadas como negras o blancas. Por tanto separar, clasificar a una población por rasgos físicos es mera discriminación arbitraria. Es “racismo”.

Podemos afirmar que “racismo” es considerada una actitud que de por sí es discriminante. Esto se debe a que el racismo considera a las demás personas que no son de una misma característica, como seres diferentes.  Generalmente, una persona desprecia a otra por alguna peculiaridad singular que, la difiere de lo que desde su punto de vista, considera como un patrón normal.

Muchas veces este patrón está asociado al color de piel. Por tanto, se puede ver que el racismo busca intencionalmente disminuir o inhabilitar los derechos humanos de la persona que se discrimina por presentar un color de piel diferente o rasgos físicos distintos, que suponen el pertenecer a una ‘raza’ diferente.

El racismo es un tipo de discriminación, basado en la idea de diferencia étnica  y de que algunas de dichas “razas” son superiores a otras. Para los racistas los seres humanos están divididos de acuerdo al color de su piel y demás rasgos físicos que determinan “a qué raza pertenecen”. Este tipo de discriminación tiene su existencia histórica desde los principios de la civilización, y sigue siendo muy común, observándose incluso en las sociedades más avanzadas. Debido al racismo se han cometido hechos atroces y se han violado derechos humanos durante siglos, como sucedió con la esclavitud  de negros africanos en América.

Muchos genocidios, incluido el Holocausto nazi, el genocidio armenio,  kurdo o gitano,  han ocurrido debido a las ideas racistas de algunas personas o grupos. Por otra parte, cabe destacar que no siempre se discrimina sólo por el color de la piel,  no sólo se discrimina a los negros aunque este grupo ha sido el más afectado, también se discrimina por el simple hecho de pertenecer a una nación o cultura diferente. Parte de ello es el racismo de las sociedades criollas hacia las poblaciones indígenas de América. En Chile nuestro ancestral racismo hacia la población mapuche, es parte de nuestra cultura discriminadora.

A su vez, la discriminación implica  actitudes en la que se menosprecien a otros seres humanos. Estos actos incluyen pero no se limitan a exclusión, distinción y la consideración como seres inferiores o sin valor alguno. Esto tiene como origen diferencias de raza, de religión, de nacionalidad, sexo, género, discapacidad, entre muchas otras razones.

La palabra "aporofobia" ha sido acuñada por la filósofa española Adela Cortina en varios artículos de prensa y en libros en los que llama la atención sobre el hecho de que solemos llamar "xenofobia" o "racismo" al rechazo a migrantes o refugiados, pero  en realidad esa aversión no se produce por su condición de extranjeros, sino porque son pobres.

La discriminación y el racismo generalmente se sustentan  en que el persecutor  pretende excluir de su entorno la insignificancia, la carencia, la falta, los defectos, a los que supone patrimonio exclusivo de los otros,  intentando consolidar de este modo una certeza  de superioridad arrogante e irreductible. Por eso recrea, una y otra vez la amenaza,  pero esta no le resuelve nada, dado que por el contrario corre constantemente el riesgo de retroceder, con el consiguiente temor al propio aniquilamiento. A partir de allí el racista reafirma la convicción que  "soy fuerte, perfecto, eterno, invulnerable, en tanto el otro es el débil, el enfermo, el defectuoso, el lisiado, el carente". Compendiando  todos los defectos en el otro, así, los discriminados son  la garantía de un modo de ser que se afirma en el odio, con una absoluta incapacidad para asumir el propio desarraigo y las propias carencias. Este racismo como temor al otro, al inferior, se exacerba y se hace realidad en la experiencia de las migraciones.

En la migración, el miedo a perder la identidad nacional, el temor  al ‘otro’ contribuyendo a reforzar el racismo, la xenofobia, el clasismo, la aporofobia,   creando un medio hostil hacia las minorías.  Estos miedos se utilizan a menudo como excusas para justificar una mayor intolerancia y contribuyen directamente a incrementar los crímenes inspirados por el odio. Un crimen de odio contra una persona nos convierte a todos en victimas de  estas manifestaciones enfermizas.

 El racismo, como expresión del odio, se nutre en los humildes que huyen de sus países de origen, ante la falta de oportunidades para irse a trabajar  por sueldos de miseria en las tareas que los poderosos xenófobos desprecian. En pleno Siglo XXI prevalece la discriminación y la esclavitud más envilecida.

 Históricamente, el racismo fue construido como una de las claves para la justificar la dominación de unos pueblos o culturas sobre otras, esencialmente desde Europa y su modelo de civilización occidental, para dominar a los pueblos de América, Asia o África. De esta manera, se construyó la percepción de lo “blanco” como superior a otros pueblos.

Las personas migrantes que viven en Chile, corresponden al 7,5% de la población del país y eso se traduce en 1.462.103, estimación actualizada a diciembre de 2020, entregada por el Depto. de Extranjería y Migración y el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Según la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela R4V, “El 73 por ciento de las personas encuestadas que ingresaron a Chile mencionaron realizarlo a través de pasos no oficiales y un porcentaje desconocido se encuentra en situación irregular al no contar con una visa vigente, lo que representa una barrera importante para su integración socioeconómica en el país. En ese sentido, resulta necesario que los socios R4V trabajen en conjunto con actores nacionales para encontrar estrategias de inclusión económica y coexistencia pacífica con la comunidad de acogida. Además, esta situación hace que la población venezolana en Chile sea más vulnerable a experimentar episodios o situaciones de discriminación; por tanto, es indispensable elaborar estrategias para actuar contra la xenofobia y la discriminación. Se destaca que el 64 por ciento de la población refugiada y migrante venezolana que se encuentra en las regiones del norte viven en condiciones de vulnerabilidad, incluyendo a personas en situación de calle. De acuerdo con la información levantada en la evaluación de necesidades, la población en tránsito local requiere de respuesta en alimentación, alojamiento y sobre todo en cuanto a lo que respecta a transporte humanitario para lograr desplazarse a sus destinos finales. Finalmente, además de los servicios de protección que requieren las personas refugiadas y migrantes venezolanas en Chile, integrarlas al sector productivo y promover una cohesión social, es esencial elaborar estrategias para responder a sus necesidades más inmediatas, las cuales han incrementado con el aumento de ingresos por pasos no habilitados. Se recoge que las principales necesidades de la población venezolana serían alojamiento, atención en salud, alimentación, y educación”.  [iii]

Si bien el fenómeno del racismo y la xenofobia es complejo y multidimensional, en la actualidad se ha exacerbado a partir de políticas y discursos que lo fomentan, a nivel nacional e internacional, especialmente desde sectores de derecha y extrema derecha.

Asimismo, los medios de comunicación cumplen un importante papel en la creación de estereotipos, al asociar la migración a la delincuencia, el narcotráfico, la violencia o la prostitución.

En Chile, aún estamos a tiempo para frenar este fenómeno del racismo ligado a la migración, con la nueva Ley de Migraciones y con lo que esperamos sea una ventajosa política Nacional de Migraciones, que genere políticas públicas, que entreguen herramientas concretas para combatir este flagelo del racismo migratorio.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario