martes, 20 de diciembre de 2022

 


COOPERACIÓN REGIONAL PARA ENFRENTAR DESAFÍOS DE LAS MIGRACIONES

Los acuerdos migratorios regionales han mostrado ser instrumentos apropiados para para mejorar la movilidad y la migración, así como para proteger los derechos de los migrantes. Sin embargo, persiste una oportunidad considerable de mejoras, tanto a nivel regional como en cada país.  La integración de los migrantes en los países de destino es un asunto que compete a los ámbitos ejecutivos, parlamentarios, judiciales, y que por lo tanto debiera ser tratado integralmente en cada país de recepción. Los organismos interinstitucionales que reúnen expertos de diversas áreas de gobierno nacional, regional y local, en educación, salud, migración, trabajo, desarrollo social, cancillería, policía, con la participación de organizaciones de la sociedad civil constituyen instancias eficaces para diseñar, ejecutar y monitorear las políticas públicas hacia los migrantes.

Otro aspecto a destacar es que los Estados son responsables por los compromisos asumidos hacia los migrantes y por lo tanto deben desarrollar mecanismos de seguimiento de su situación tanto a nivel nacional como regional, lo cual supone la producción y el análisis de información oportuna, coordinada y precisa. Si bien se han efectuado avances en la producción de estadísticas fronterizas y de registros administrativos, deben mejorar las fuentes de información desagregada por condición migratoria que generan de manera regular los sistemas nacionales de estadística. Estos sistemas armonizados de recopilación de información deben incorporar la perspectiva de género, edad, y las diferencias étnicas y las raciales.

Un desafío principal es, por lo tanto, lograr fortalecer el diálogo a través de mecanismos institucionalizados como el MERCOSUR, la Comunidad Andina y la Conferencia Sudamericana de Migración, entre otras. Ciertamente, será mediante el accionar de estas organizaciones que podrán acordarse acciones para responder de manera articulada a las necesidades cruciales de los migrantes, incluidas aquellas para prevenir la xenofobia y favorecer la integración e inserción social.

El tema de la cooperación internacional en materia migratoria es urgente, así lo ha destacado el Presidente Boric y lo recalcó en la Cumbre de las Américas en Los Ángeles, al plantear que una solución regional para la migración venezolana y en general para la movilidad humana en la región, es fundamental, para ello ha propuesto como parte de la solución, un sistema de cuotas migratorias inspirado en el modelo que la Unión Europea. Una crisis migratoria, en este caso de más seis millones de personas, sobre todo desde Venezuela, no puede recaer en un grupo de países. Es necesario que pensar en la solidaridad latinoamericana. Todos los países involucrados tienen un rol que cumplir.

Boric ha sido explícito en decir que solicitará asesoramiento a Gobiernos europeos sobre el sistema de cuotas.  “Hemos pedido la opinión de mandatarios extranjeros respecto a eso. Lo tenemos que hablar multilateralmente, pero creo que es algo en lo que todos podríamos ganar, tanto los países como también los migrantes, que lo hacen en una situación de mucha desesperación. Muchas veces, al sobrecargarse todo en un solo país se ven en una situación muy difícil de inserción”.

 Asimismo, en el marco de la Cumbre para las Américas en Los Ángeles, el Presidente Boric declaró que buscará instalar en la Cumbre, la necesidad de establecer cuotas migratorias para abordar la crisis humanitaria de Venezuela. "Es importante que veamos también la tragedia que hay detrás de estas crisis (...) desde una perspectiva humanitaria y entender que no es posible hacernos cargo desde un solo país", comentó. "Obviamente cuando uno ve la situación en Iquique, Arica o en los lugares fronterizos de Colombia, es tremendamente crítica, porque los servicios públicos están presionados, porque las ciudades no están preparadas para acoger a tal cantidad de gente y eso significa que tenemos que abordarlo en conjunto como región. 

Son grandes los flujos de haitianos, venezolanos, nicaragüenses y ecuatorianos que, históricamente, se establecieron en diversos lugares de América Latina, incluidos Chile.  No obstante, muchos migrantes están ahora tratando de llegar a los países del norte, debido a los efectos económicos de la pandemia, el aumento del desempleo y el repunte de la xenofobia en los países de la región. 

Cuando un país de origen o de tránsito adopta una decisión sobre cómo gestionar la migración en su territorio, esto no tiene solo repercusiones en su país sino en los demás países de la región. En este sentido, dado que la migración de tránsito no ha mostrado signos de disminución, los países deben trabajar coordinadamente para diseñar políticas que ayuden a la migración en tránsito, considerando sus necesidades y vulnerabilidades específicas. No hacerlo, puede resultar en respuestas paliativas, reactivas y descoordinadas que fomentan las redes de trata de personas haciendo que la migración sea menos segura y llena de vulnerabilidades.

Más allá de continuar fortaleciendo los esfuerzos alcanzados hasta el momento basados en un mejor diseño de políticas de cooperación, diálogo regional y el intercambio de datos sobre la dinámica migratoria (en particular, poblaciones vulnerables como niños y mujeres embarazadas), a nivel nacional, los gobiernos de la región pueden además profesionalizar y hacer más eficiente el control fronterizo y hacer que su gestión sea cada vez más transparente. También, se deberá brindar mayor protección capaz de abordar las necesidades humanitarias a las personas en situación de movilidad humana. Adicionalmente, los países receptores de migrantes necesitarán expandir o crear mayores vías legales, que permitan desincentivar la migración irregular y que se siga generando una migración insegura y desordenada.

Los formuladores de políticas públicas también deben ofrecer un espacio a los gobiernos regionales y municipales quienes han estado notablemente fuera de la discusión regional y que muchas veces deben sobrellevar la peor parte de estas crisis. Ni en el norte ni en el sur del Continente queremos que se repitan tragedias como Colchane o el Tapón del Darién, para ello se requiere de forma urgente de una verdadera y amplia cooperación regional. Este es un momento oportuno para abrir el espectro a una discusión regional más amplia y profunda entre los países de todo el hemisferio.

 RONALD WILSON

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