jueves, 13 de abril de 2017

LA FRANCIA INSUMISA. JEAN LUC MÉLENCHON

Una encuesta publicada por el periódico francés 'Le Figaro'  el reciente fin de semana, ha mostrado el arrastre inesperado que ha alcanzado Jean-Luc Mélenchon, el candidato de la izquierda para las elecciones  presidenciales francesas del 23 de abril.    Mélenchon  se sitúa en tercer lugar, detrás de los favoritos, de la ultra derechista Marine Le Pen y del liberal centrista Emmanuel Macron.  Datos que constatan su inusitada tendencia al alza en la intención de voto desde marzo.

Jean-Luc Mélenchon, nacido en Tánger Marruecos, en 1951,  fue miembro  del Partido Socialista Francés (PS) desde 1976, es electo concejal por Massy en 1983 y por Essonne en 1985, Senador  en 1986  hasta 2004. Asimismo fue Ministro Delegado de Enseñanza Profesional de 2000 al 2002, junto al  Ministro de Educación Nacional Jack Lang, bajo el gobierno del Primer Ministro  Lionel Jospin.
Siempre se adscribió al ala izquierda del PS,  hasta que en el congreso de Reims de noviembre de 2008, decidió dejar el partido para crear el Partido de Izquierda (PG)

Bajo la bandera del Frente de Izquierda, una coalición que integra el PG, el Partido Comunista Francés PCF y la  Izquierda Unida, fue electo Eurodiputado el 2009  y reelecto en  2014. Fue el candidato de esta coalición en la elección presidencial del 2012, en la cual llegó cuarto a la primera vuelta, con un 11,1 % de los votos. En julio de 2015 anuncia que se presentará nuevamente en la elección presidencial de Francia de 2017,  con ese objetivo crea el movimiento  “Francia insumisa” en febrero de 2016. El  próximo 23 de abril junto a otros diez candidatos, disputarán la primera vuelta de las presidenciales francesas.

Mélenchon ha elaborado junto a un gran equipo de profesionales,  dirigentes sociales y sindicales el Programa de Gobierno de la “Francia Insumisa”, que ha divido en varios capítulos temáticos, que ha publicado y difundido a través de Manuales, con los que  ha realizado una campaña participativa y activa con toda la sociedad.


En su programa aborda todos los grandes temas de un gobierno: trabajo, comercio e industria, la francofonía, bosque y silvicultura, pobreza y desarrollo, el derecho al agua, la educación, el racismo y la discriminación, la migración y los derechos de los migrantes, la geopolítica y  la defensa, los derechos de la población LGTBI, la planificación ambiental, la planificación y la ruralidad, la energía especialmente energía renovable, la  educación superior e investigación científica, la justicia, el derecho a la salud como bien común, la igualdad de género y derecho de las mujeres, la juventud, el  transporte, y el  programa  Constituyente que  plantea un tema crucial del Programa como es el dar paso a la VI República con un cambio Constitucional,  terminando con la “monarquía presidencial” para dar paso a un gobierno de las personas.

El eurodiputado defiende  la concepción que "otra izquierda" posible. Es el  único de los candidatos franceses en proponer una sólida  política de justicia social, su lema es unir a la gente  para cambiar Francia, y se plantea inequívocamente desde una postura progresista de izquierda,  su plataforma la basa en una estrategia de renovación democrática, republicana, de  desarrollo ecológico - eco socialista -  de justicia social, paz  y finalizar  con la llamada “austeridad” neoliberal, que no es más que la negación de políticas sociales inclusivas.   Según él, es posible derrotar a la derecha desde una democracia económica, social y cultural, comprometida con los derechos humanos, defensora del Estado Social y  protectora de las mayorías.

En política internacional Jean Luc Mélenchon es un hombre que reivindica la paz. Una de las propuestas más polémicas  del candidato de la “Francia insumisa” es una eventual  salida de la OTAN,  si esa alianza no lo promueve  la  construcción de un nuevo concepto de  seguridad y de paz.  Asimismo plantea la plasmación un nuevo orden económico internacional más justo. La prioridad es la defensa de la soberanía popular y de la independencia nacional con relaciones equilibradas con Alemania y las otras potencia europeas y una búsqueda de acuerdos equitativos con Rusia.

La reivindicación de la vía diplomática ha sido repetida  constantemente  por el candidato tras el bombardeo de Estados Unidos a Siria.  "Se puede tener la impresión que por la violencia se van a solucionar los problemas. La experiencia reciente demuestra que esto no es exacto. No se ha solucionado nada mediante la guerra, ni en  Irak, ni en Siria, ni en Afganistán. En consecuencia es mejor hablar que destruir".  “En este contexto, en este polvorín en que se ha convertido esta zona del mundo, el Presidente de Estados Unidos decidió, sin consultar nada ni a nadie, sin ni siquiera respetar las formas constitucionales de su propio país, intervenir sin ningún mandato, ni de la ONU y ni siquiera de la alianza militar de marionetas que es la OTAN”, denuncia con fuerza.

Su mirada rompe esquemas respecto a la política tradicional  en Francia. Su perspectiva es distinta de lo que han sido los últimos gobiernos: se trata de comprometer al pueblo.  Plantea que es  una cuestión de ser capaces de hacer converger las energías populares, sin  pretextos falsos.  Se pregunta si la Constitución: ¿la cambiamos o no?, el TTIP: ¿votamos a favor o en contra?, el tratado europeo que se está redactando,  ¿lo paramos o no?   La riqueza, ¿se comparte o no?  Según él estas son preguntas urgentes. Se trata de formar en la base un bloque progresista que arrastre a la sociedad para decir que hay otro futuro que los empleos de mierda y el sufrimiento en el trabajo. Y decir: “No, señor Macron, el sueño que hay que proponer a la juventud no consiste en convertirse en esos parásitos sociales que son los multimillonarios”. No hay que gobernar más a corto plazo  en función de sus intereses políticos. Hay que reconquistar el largo plazo, lanzar la planificación ecológica. ¡Partir a la conquista del mundo virtual, tomar por horizonte el mar y el espacio!

Este hombre disruptivo, explica  por qué el punto de partida de una política progresista es el interés general humano ecológico con un actor nuevo, el pueblo y un método, la revolución ciudadana. Desde hace un año que ha sometido su programa al debate público  con la totalidad de quienes quieren apoyar su candidatura. ¿Qué más colectivo y más abierto que eso? 

Sus intervenciones son excitantes, sin duda es el mejor orador de todos los candidatos en disputa, el que plantea con mayor claridad el sentido de su gobierno y el futuro de Francia, es capaz de    reunir a miles de adherentes en las diferentes ciudades de Francia, jóvenes y viejos, para decirles: “Los pueblos que nos observan saben cómo nosotros,  que lo que iniciamos en Francia es para  cambiar el curso del mundo, en el momento en que estalla una inmensa crisis de civilización, vinculada al hecho que el dinero destruye todo, tanto la naturaleza como los seres humanos”.

“Aquí, el punto de partida es primero que nada la necesidad de que haya intransigentes, que no se han sometido, que no han aceptado el orden establecido…el hombre o la mujer que se yergue contra las condiciones sociales tal cual son, el que va a socorrer al que está abandonado en la calle, que participa en la acción sindical o que resiste, como sea, en lugar de someterse a los golpes o a la desmoralización”.   La insumisión es la sal de la tierra,  insistió.

 “La fuerza que me empuja es la fuerza del pueblo. No hemos hecho una campaña para un candidato, la hemos hecho por una idea, la de trasformar a fondo las reglas del juego político de este país para tener más democracia y refundar la nación junto al  propio pueblo francés por los derechos en los que se reconoce”.

Destacando el valor universal de la idea de una revolución ciudadana, Jean-Luc Mélenchon manifiesta: “Si los franceses y las francesas son capaces de hacer una revolución ciudadana y retomar el control sobre sus vidas para poder retomar el control sobre la relación que deben tener con la naturaleza, entonces todo el mundo es capaz de hacerlo”.

Sin duda, Jean-Luc Mélenchon se ha convertido en la revelación de las elecciones francesas para este abril de 2017,  las encuestas muestran su permanente alza sobre sus principales rivales, lo cual lo ha colocado en el centro de los debates. Es el  candidato de la rebelde Francia, sin duda, se ha transformado en el más creíble  de la campaña presidencial.  Esto evidencia  la corriente dinámica que  Mélenchon ha  producido  hasta ponerse como el principal contradictor los candidatos de la derecha y el centro liberal.  

"Millones de personas hoy en día, que tienen valores de  izquierda están optando por  Mélenchon dice Olivier Dartigolles, portavoz de la Partido Comunista Francés, PCF.

Esta es una situación sin precedentes. La generación de una fuerza unitaria, social, políticamente responsable, surgida del seno del pueblo, no de las elites intelectuales, no del voluntarismo sino de la suma de esfuerzos y luchas de una Francia plagada de grandes gestas revolucionarias. Este hombre se ha convertido en la esperanza del pueblo francés que  se para de igual a igual frente a la que parecía imbatible ultraderecha de Marie Le Pen,  para decir,  hay otra posibilidad que caer en el caos, se puede construir una nueva Francia democrática fraternal y libre,  entre todos y para todos.

En la conclusión de su discurso en Marsella, leyó un poema de Yánnis Rítsos, el gran poeta   griego, comunista, amigo de Neruda y Aragón:

“El sueño del niño, es la paz,
El sueño de la madre, es la paz,
Palabras de amor bajo los árboles...
Esta es la paz...”

Ver mayor información en: https://jlm2017.fr/

Ronald Wilson
Comisión Nacional de Profesionales

Partido Comunista

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