viernes, 7 de abril de 2017

HACIA UNA POLÍTICA MIGRATORIA CON ENFOQUE DE DERECHOS HUMANOS


  1. Situación Actual.
Las migraciones son una realidad internacional, son parte de la historia de la humanidad, desde los comienzos de la civilización ha existido la movilidad humana. De esta realidad nos tenemos que hacer cargo como país, y como Partido Comunista.

Enfrentamos una compleja situación migratoria en el país, sin embargo en el último año de gobierno del cual somos parte,  aún no se  ha materializado el envío al Parlamento de un Proyecto de Ley sobre Migraciones, siendo que en el Programa de la Nueva Mayoría se dijo explícitamente que este sería un tema fundamental, para dar solución a los múltiples problemas que vive la creciente población migrante en nuestro país. 

Esta situación es sorprendente porque las diversas instancias académicas y organizaciones de la sociedad civil que trabajan en el tema migratorio, han desarrollado significativos aportes para concretar con éxito un proyecto de ley, así como elementos para una correcta política migratoria.

Se sabe que el anteproyecto de ley ha sido trabajado por un equipo del Ministerio del Interior, Relaciones Exteriores y otros Ministerios. El tema es por qué las autoridades no se deciden a ingresarlo al Parlamento.

Chile es el país de la región en el cual la migración más ha crecido en los últimos diez años, sin embargo tiene una tasa de inmigración aún baja comparativamente, que es del 2,8% respecto de su población total, el promedio en el mundo es 3,1%. En argentina es 4,8% y en los países de la OCDE es sobre el 13%. Según de Extranjería a la fecha existen  477.553 extranjeros en el país. El año 2016 36.024 recibieron su permanencia definitiva y 137.972 su residencia temporal.

Al mismo tiempo, Chile tiene la legislación migratoria más antigua de toda América Latina (1975). Nuestra institucionalidad no cuenta con las herramientas que favorezcan la inclusión social y el acceso a los derechos de las personas migrantes.


En el ámbito migratorio en noviembre de 2015 se conformó el Consejo de Política Migratoria, que está integrado, por el Ministerio del Interior, Relaciones Exteriores, Secretaría General de la Presidencia, Educación, Justicia, Trabajo, Salud, Desarrollo Social, Ministerio de la Mujer, con el apoyo técnico del Director de Extranjería y Migraciones del Ministerio del Interior. El Consejo elaboró un cronograma de trabajo que permitiría a los equipos técnicos continuar los estudios y consultas pendientes, con el fin de  tener un proyecto de ley durante el primer trimestre de 2016.  

Paralelamente fue creado el Consejo Consultivo Nacional de Migraciones con el objetivo de recoger la opinión y necesidades de las diversas organizaciones sociales que agrupan los migrantes en el país y con ello generar una ley más integral. El Consejo Consultivo tiene por objeto “institucionalizar el análisis y la discusión de la sociedad civil respecto de la situación de las migraciones en Chile, a través de la participación de la ciudadanía en el ciclo de diseño, implementación y evaluación de políticas públicas, aplicando en su gestión un enfoque multicultural, en virtud del cual se prohíbe la discriminación por motivos de raza o cultura, celebrando y reconociendo la diferencia cultural así como el derecho a ella, realizando acciones afirmativas, disgregando cifras y datos que aseguren la participación y el poder de decisión de los migrantes”.

  1. Algunos avances y temas pendientes.
Las organizaciones que trabajan en el tema migratorio, desde hace bastante tiempo han puesto en la agenda política los principales problemas que aquejan al sector.

En este proceso ha sido importante la voluntad de la Presidenta Bachelet por ejecutar el Instructivo Presidencial dado en su primer gobierno en 2008, que “Imparte instrucciones sobre la Política Nacional Migratoria”. Por la misma razón fue muy significativo la publicación el año 2016 de otro Instructivo Presidencial que complementa el anterior,  y que puso énfasis en la transversalidad de los Derechos Humanos como fundamento de toda política migratoria y en la necesidad de contar con una nueva normativa moderna sobre migraciones  (tema que sigue pendiente) y la estructuración de una nueva institucionalidad migratoria.

Otro avance sustantivo ha sido la aprobación y promulgación de la Ley 20.748 que Regula el ejercicio del sufragio a los ciudadanos que se encuentran fuera del país.

En otro tema conexo, está pendiente la revisión de los reglamentos de las leyes de Tráfico de Migrantes y Trata de Personas.

Con la ley 20.430 sobre Protección de Refugiados aprobada en 2010, Chile dio un paso categórico hacia el reconocimiento de esta realidad reconocida por el Derecho Internacional y el Derecho Humanitario, pagando así con una vieja deuda que le permite, al menos en términos legales, cumplir con la mayoría de los estándares internacionales en la materia. Sin embargo, esta norma vigente no resuelve de manera totalmente satisfactoria los desafíos presentes en todo el marco del derecho de los refugiados, por lo que se hace necesario implementar modificaciones en la norma y en su implementación. Para ello se requiere la debida voluntad política, para transformar al país verdaderamente en un país de acogida.


3.    Derechos de los Migrantes.

En la discusión sobre el tema Migratorio, es importante explicitar que esta problemática está regida por una consistente normativa internacional de la cual Chile es parte. El principal instrumento es la  “Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares”, de 1990 y que entró en vigor en 2003. Pero además existen una serie de Convenios y Recomendaciones acerca de los trabajadores migrantes, emitidos por la Organización Internacional de Trabajo OIT. Además de la existencia del Relator Especial  de Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos de los Migrantes y de las recomendaciones que adopta la Conferencia Sudamericana de  Migraciones (aunque éstas últimas no son vinculantes).

En primer lugar según todas las normas internacionales sobre migraciones, se debe considerar que no existen los migrantes ilegales. Se puede estar en situación migratoria Irregular, lo que significa la permanencia  en el país sin un permiso de residencia (visa) otorgado o en trámite.

De allí la importancia que Chile cuente con un marco legal, que incorpore a su legislación interna,  todas las normas internacionales sobre derechos humanos de los migrantes.

A pesar de no contar aún con un  texto legal basado en una concepción de Derechos Humanos, en el país se ha ido construyendo  una serie de normas que garantizan los Derechos que el Migrante y que se puede ejercer sin importar su situación migratoria.

Por ejemplo:

Todas y todos los hijos de personas migrantes gozarán del derecho a acceder a la educación en condiciones de igualdad de trato con las y los nacionales del Estado. El acceso de hijos e hijas de personas migrantes a la enseñanza preescolar o a las escuelas públicas no podrá denegarse ni limitarse a causa de la situación migratoria irregular del niño, niña o adolescente o de sus madres o padres.

Los hijos en edad escolar,  tienen derecho a ser matriculados en cualquier jardín infantil o sala cuna JUNJI, escuela o liceo municipal. Además, todo niño o niña matriculado/a en un Colegio puede postular a una visa de estudiante, independiente de la situación migratoria de sus padres.

Los migrantes tienen derecho a recibir atención médica de urgencia en un centro de salud público. Los niños, niñas y adolescentes, tienen derecho a todas las prestaciones de salud hasta los 18 años.  Todos los migrantes tienen derecho a acceder a prestaciones de salud pública como son los métodos de regulación de la fertilidad (incluida la anticoncepción de emergencia), vacunas, atención de enfermedades transmisibles (TBC, VIH/SIDA, ITS) y educación sanitaria.  Si una mujer migrante está  embarazada, tiene derecho a todas las prestaciones necesarias durante el período de gestación y hasta 12 meses después del parto.

Todo niño/a nacido/a en Chile tiene derecho a la nacionalidad chilena; salvo aquellos cuyos ambos padres se encuentren como turistas al momento del nacimiento. En Chile no existen los niños apátridas. La nacionalidad es un derecho humano que tienen todas las personas. La nacionalidad es parte de la identidad de las personas y brinda protección y seguridad.

Todas las personas nacidas en Chile son chilenos/as, sin importar la nacionalidad o la situación migratoria de sus padres (salvo que estén en Chile de paso).  La forma en que los padres ingresaron a Chile, si tenían o no visa para trabajar o vivir en Chile, no puede afectar el derecho a la nacionalidad chilena de los/as niños/as nacidos en Chile.

Bajo ninguna circunstancia la Policía puede retener los documentos de identidad de una persona migrante,  salvo la cédula de identidad chilena se encuentre vencida.

Si cualquier migrante recibe alguna de sanción migratoria tales como rechazo de visa, orden de abandono o expulsión del país tiene derecho a la asesoría de un abogado.

Todo migrante si requiere de  asesoría jurídica puede recurrir a la Corporación de Asistencia Judicial (CAJ), donde hay personal especializado.

Los trabajadores migrantes,  tienen  derecho a que se respeten todos sus derechos laborales, sin importar la situación migratoria. Si el empleador incumple lo pactado en el contrato de trabajo y/o vulnera alguno de los derechos laborales, debe ser  denunciado  ante la Dirección del Trabajo correspondiente al domicilio del lugar de trabajo.

No existe distinción entre nacionales y extranjeros, en cuanto a las obligaciones como empleador y a los  derechos de los trabajadores.  Según la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares, ratificada por Chile en 2005, los empleadores deben respetar, proteger y garantizar los derechos de todos sus empleados sin importar su nacionalidad. Además, es importante saber que los derechos laborales de los extranjeros en Chile no dependen de su situación migratoria.

El problema es que al no contar con una norma legal explícita, sobre los temas expuestos, sino que estos han sido elaborados a través de normas administrativas o por decretos de ley, es muy fácil retroceder en estos avances.

4.    Ejes Temáticos que debería contener una Política Migratoria.  

a.    Derechos Humanos y acuerdos internacionales: la Conferencia Sudamericana sobre Migraciones (CSM), debe ser la base en la definición de objetivos en la gestión de la migración,  donde se ha definido a la persona migrante como sujeto de derecho y desde esa visión se sustenta que el enfoque de derechos humanos es transversal al diseño e implementación de la política sobre migraciones.  Estos lineamientos se encuentran presentes en los principales instrumentos ratificados por Chile en materia de derechos humanos en general y de las personas migrantes en particular.

b.    Migración e Igualdad de Género: un gran desafío de la migración en nuestro país,  es la visibilización de la mujer migrante.  La incorporación de la dimensión de la igualdad de género en nuestro quehacer nos ubica en un plano de la atención permanente de los derechos y la dignidad de las personas, y en especial de las mujeres migrante.   Especial atención se debe tener con las personas víctimas de violencia de genero y/o intrafamiliar en los grupos migrantes de nuestro país.

c.    Relaciones internacionales y las migraciones: los asuntos migratorios internacionales,  especialmente desde su inclusión en la agenda de las Naciones Unidas (ONU),  en el Dialogo de Alto Nivel sobre Migracion y Desarrollo y otros foros multilaterales en los cuales Chile participa en forma permanente, han sido incluidos en la agenda internacional como un componente principal en la relación entre los estados, a través del principio de la reciprocidad, coherencia y corresponsabilidad.

d.    Migración Segura: un aspecto especialmente relevante en el resguardo de los derechos de las personas migrantes y sus familiares, es la residencia regular y la protección de las victimas del flagelo de la Trata de Personas.  El objetivo principal de toda política migratoria,  debe ser asegurar una residencia regular a las personas que decidan arraigarse en el país e impedir la instalación de las redes de trata de personas e impedir el tráfico ilícito de migrante. Un mecanismo para asegurar la residencia regular es Impulsar la ratificación del Acuerdo de Residencia del Mercosur y Países Asociados, el que facilitaría la residencia temporal de los inmigrantes de origen sudamericano. Esta acción ayudaría a reducir de manera significa la irregularidad migratoria.

e.    Integración, multiculturalidad y migración: el objetivo último de la política sobre migraciones  es la inclusión e inserción de las personas,  por la vía de regularidad de su residencia,  en la comunidad de acogida.  El aporte de las personas migrantes a esa nueva comunidad no se agota en su aporte económico (como trabajador migrante) sino que incluye las dimensiones sociales, culturales y políticas.  Por ello,  que una política de migraciones debe incorporar indicadores que apoyen la implementación de este objetivo.

f.     Migraciones y mercados laborales: los migrantes son personas sujetos de derechos, y en su proceso de incorporación a la comunidad que los acoge como actores sociales, económicos, culturales y políticos,  también son actores en el ámbito de las actividades laborales: su condición de trabajador le permite un mejor desarrollo y acceso a los demás beneficios de su actividad e inserción en el desarrollo del país, bajo el principio de la igualdad en el ejercicio y goce de los derechos laborales como cualquier trabajador en el país.

g.    Demografía y migraciones: nuestro país experimenta un proceso de inflexión demográfica,  lo que conlleva importantes desafíos en el diseño de las políticas sobre desarrollo social, poblacionales, distribución del territorio y el uso sustentable de los recursos naturales.  En este sentido,  las migraciones son un aporte al desarrollo integral del país y de su crecimiento económico gracias al aporte en el número, cantidad y calidad de su componente poblacional, base de la estructura del estado nacional clásico.

h.    Desarrollo y migraciones: la vinculación entre migración y desarrollo, ha sido altamente valorado en los diversos procesos de discusión de la política migratoria internacional.  En este sentido,  la contribución  de la migración al desarrollo es diverso, innovador, integral y regionalizado lo que hace de su aporte un factor estratégico para un país.

i.      Niños, Niñas y Adolescentes Migrantes:  en la realidad de nuestro país,  los NNA son una clave para medir la eficiencia y eficacia de las políticas sobre migraciones,  poniendo especial énfasis en la promoción de los derechos y la protección de estas personas, asegurando una residencia regular, y el acceso al ejercicio pleno de sus derechos humanos.

j.      Beneficios y derechos sociales:  las personas migrantes como sujetos de derecho,  ya sea en su condición de residencia regular como irregular, tiene derecho a determinados y específicos beneficios  consagrados tanto en los instrumentos internacionales como nacionales relacionados con los derechos laborales, sociales y de familia.  Destacan en este sentido la seguridad de las personas,  el acceso a la salud, a la educación y a una vivienda digna.

k.    Vinculación con los nacionales en el exterior: un componente específico de la política migratoria internacional es la vinculación con los nacionales residentes en el exterior. 

l.      Las migraciones como vehículo de integración regional: los procesos regionales de consulta sobre migraciones,  dan cuenta de la dinámica y relación creciente entre migración e integración regional.  Las migraciones son la base del proceso de integración, debido al aporte permanente de los migrantes y de sus aportes en al ámbito social, económico y especialmente de la cultura.  Los derechos políticos de los migrantes, son aporte permanente al relacionamiento de los estados en proceso de integración política y económica.

m.   La institucionalidad migratoria y la gobernanza: los procesos migratorios y su adecuada gobernanza exige de nuevos diseños institucionales,  que aborde la dimensión intersectorial, integral y multidisciplinaria que exige la gobernanza de las migraciones y su componente de la participación de la ciudadanía. Un aspecto de ello es la conformación de un sistema nacional de gestión de la migración,  con la figura del citado “Consejo Nacional de Política Migratoria” y la participación de los ámbitos regionales y locales en la atención e inserción de las personas migrante.


El crecimiento de los flujos migratorios hacia nuestro país, que ya supera el medio millón de personas, lo cual nos plantea dos interrogantes que deberíamos responder en lo inmediato. La primera es si nuestra institucionalidad, nuestras políticas, nuestra legislación y el Estado están preparados para recibir el progresivo número de migrantes, ofreciéndoles dignidad y respeto de sus derechos. La segunda es si nosotros estamos dispuestos a convertirnos en una sociedad acogedora, abierta a la diversidad, respetuosa de la diferencia y capaz de reconocer nuestra creciente multiculturalidad.

Frente a estas interrogantes no tenemos respuestas concretas, porque como lo hemos mencionado, seguimos gestionando la migración a partir de un decreto ley de 1975 que tiene su enfoque en la seguridad interior del Estado y que ve la migración como una amenaza y no como un derecho. Y además para nadie es secreto que somos un país altamente prejuicioso, clasista, intolerante, xenófobo, que nos creemos culturalmente homogéneos, pero tenemos una gran dificultad para entender la diversidad.

Aprobar una nueva legislación con perspectiva de derechos humanos, asegurando que nuestro país cuente con una política migratoria integral, sería la primera concreción de esta nueva conciencia que debemos adquirir. Tenemos la oportunidad de convertirnos en un país modelo de buenas prácticas y de respeto de los derechos de los migrantes. Como Partido debemos asumir este inmenso desafío y trabajar para que este se haga realidad. Es parte de nuestra conciencia democrática y nuestro espíritu internacionalista.


Abril de 2017.


Ronald Wilson
Comisión Nacional de Profesionales. CNP.

Partido Comunista de Chile

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