miércoles, 18 de enero de 2023

                   


ROL DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN EL TEMOR A LOS DESCONOCIDO, A LO EXTRAÑO, AL MIGRANTE

En conversación con nuestro medio, (radio.uchile.cl/) la socióloga e investigadora del Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile, Alejandra Mohor, explicó que hay varias hipótesis que explican cómo se cimienta el temor al delito. [i]

Una de ellas es la propia victimización, en el entendido que las “víctimas indirectas” del delito-vale decir familiares, amigos- “tienden a mostrar mayores niveles de temor que las personas no víctimas”. Asimismo, aseguró que juegan un rol “las condiciones del entorno que escapan del control de las personas”, como puede ser el “temor al desconocido, a las personas desconocidas, al extraño”.

Pero hay una línea de hipótesis que poco se relaciona con las condiciones exógenas y la perpetración de delitos: Las agendas de los medios de comunicación masivos, muchos de los cuales, a juicio de Mohor, “han profitado de la situación de la delincuencia”.

“Diría que a fines de los 90 esto se viene instalando como un tema de discusión, la exacerbada cobertura de los medios de comunicación, las pautas editoriales en torno a la situación de criminalidad, donde hechos que ocurren, que son parte de la realidad, se presentan con imágenes de manera tan reiterada, ocupan tanto espacio en los noticieros, particularmente en la televisión, tanta portada en los periódicos que van generando una sensación de que esto es un hecho que ocurre en todo momento, en todo lugar y a cualquier persona, en circunstancia que vemos que muchas veces la información que acompaña a estos hechos específicos no va con una puesta de lugar”, señaló.

En ese sentido, afirmó que “en las últimas semanas inclusive pareciera que la información que presentan los medios tradicionales es contradictoria incluso con los datos que entregan las instituciones policiales. Las instituciones policiales han hablado de una baja de las encerronas, pero no vemos esto reflejado necesariamente con la misma importancia en los medios de comunicación”.

Y advirtió que “escasas veces vemos en los medios de comunicación que se aborde de manera positiva iniciativas gubernamentales o de municipios o de la propia sociedad civil, de la comunidad organizada, que se estén tomando y que sean positivas para contribuir a la reducción de los delitos”.

Por lo demás, la socióloga afirmó que las redes sociales también han entrado a jugar un papel sustancial en la percepción de inseguridad, al ser un espacio donde figuras públicas “magnifican situaciones delictivas que son muy acotadas y puntuales” y donde la audiencia se sensibiliza con situaciones que ocurren en distintos puntos del territorio.

“Estamos en una hipercomunicación que hace que lo que pasó en Antofagasta se sienta con la misma intensidad que la siente un antofagastino en una persona que habita en Concepción, en Punta Arenas o en cualquier parte. En ese sentido creo que hay un tema que se articula con respecto al entorno a lo diferente y es como también desde redes sociales y comunicación se ha vinculado de manera persistente de hace varios años, pero más intensamente en estos últimos la presencia de personas que migran hacia nuestro país con el aumento de la criminalidad “, indicó.

Como consecuencia de todo, Mohor señaló que ha aumentado la organización de la ciudadanía para cerrar calles y pasajes, en detrimento de las acciones tendientes a brindar auxilio mutuo. “Esta tendencia de cierre, de subir rejas lo que genera es un espiral de abandono del espacio público que termina infundiéndote más temor, porque si caminas por la calle donde todos los pasajes tienen rejas, donde no hay nadie afuera, te sientes más abandonado, más temeroso, entonces dentro de nuestras propias reacciones frente a la eventualidad de ser víctimas del delito, de pronto empujado por mensajes contradictorios que se nos envían desde los medios y las redes, tomamos decisiones que nos llevan al aislamiento y soledad”, advirtió.

 

“Pregúntese usted señor lector, que no se inmutó o sí lo hizo frente a los apocalípticos naufragios de africanos en el Mediterráneo ¿Cómo andamos por casa? ¿Es normal que los peruanos vivan en ghettos y que muchas mujeres de ese país sean trabajadoras de casa particular en Chile? ¿Por qué Lo Valledor está lleno de haitianos en labores de carga? ¿Por qué hay muchas mujeres colombianas desempeñándose como trabajadoras sexuales? ¿De qué color y cuál es el acento de muchos reponedores y reponedoras de supermercados?” [ii]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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