Corea del Norte ha vuelto a
ponerse en medio del debate mundial, no por acciones propias, sino por la
inminente amenaza de Trump, en su locura de dominar el mundo sin contrapesos.
Para comprender la realidad
de la República Popular Democrática de
Corea (RPDC), es necesario conocer en
qué se basa su régimen político. Para
todas las formalidades es un Estado Socialista, pero al contrario de lo que
fueron los socialismos reales e incluso
de lo que es China, Corea se rige bajo
la filosofía Juché, concebida por el
fundador del Estado Kim Il Sung.
En 1965 Kim Il Sung hizo un célebre
discurso en Indonesia, en donde presentó esta filosofía a la comunidad
internacional como una solución a los problemas de países en vías de
desarrollo. La idea Juché, fue descrita por Kim Il Sung como "la
independencia política, autosuficiencia económica y autodefensa militar."
Para Kim Il Sung, la revolución y
su construcción se basan en las
actividades conscientes del hombre y para establecer la idea Juché se debe ser
consciente de que se es el dueño de la
revolución y su desarrollo, centrando la
revolución en su país y solucionando
todos los problemas que éste pueda tener mediante la iniciativa y el talento
individual de cada uno, por eso el partido y el pueblo son los dueños
de la revolución. Asimismo elabora la
idea del Zazusong, que es un atributo del ser social, el cual, siendo dueño del
mundo y de su propio destino, quiere vivir y progresar de manera independiente.
Complementando los conceptos
anteriores, en 1960 elabora el Chongsanri, como un método de dirección de las masas, que demanda
realizar la orientación partidista y estatal sobre la base del principio de
poner siempre en primer orden los intereses populares, de responsabilizarse
totalmente de la economía del país, de la vida del pueblo y de agrupar en torno
al Partido y al Estado conduciendo hasta
el régimen comunista a todos los miembros de la sociedad mediante su educación
y remodelación.
Para Kim afianzar la
independencia política del país y ejercer plenamente el zazusong es necesario construir una economía nacional independiente,
por tanto la autosustentación económica es la base material de la independencia
política. Sólo creando la economía nacional propia es posible consolidar la independencia,
ejerciendo la soberanía y asegurando al pueblo una abundante vida material. Para el Juché, la nación es el pilar sobre el
cual se construye una sociedad, en este
sentido, auto defenderse es el principio
fundamental de la edificación del Estado soberano e independiente. [1]
Sin ambages Kim Il Sung reconoce,
que es necesario pertrechar a toda la sociedad con la idea Juché, que ese es el
objetivo final del Gobierno. Es el Estado
quien debe formar a todos los miembros
de la sociedad como seres comunistas de tipo Juché y transformar
consecuentemente la sociedad entera según los requerimientos de esta idea para
conquistar las fortalezas ideológicas y materiales del comunismo.
A partir de esta idea Kim il Sung plantea que es necesario liquidar
las secuelas de la vieja sociedad en la política, economía, ideología, cultura
y en las demás esferas de la vida social y transformar por vía revolucionaria
la sociedad en todos los estratos de su base y superestructura. Por eso, el
Estado de la clase obrera debe llevar a cabo, junto con la transformación del
sistema social caduco, la revolución en las esferas de la ideología, tecnología
y cultura para cumplir la histórica tarea de hacer realidad el zazusong en el
pueblo trabajador.
Las tres revoluciones, explica, ideológica,
técnica y cultural se plantean como cuestiones de particular importancia en
aquellos países que fueron colonias o semicolonias, pero que han conseguido la
independencia y están construyendo una nueva sociedad. De esas tres, la más
importante es la revolución ideológica, ya que está llamada a transformar al
hombre para convertir a los trabajadores en revolucionarios comunistas por
medio de su “revolucionarización y claseobrerización”, y así lograr elevar su
entusiasmo revolucionario e iniciativa creadora.
Poco después de la fundación de la
RPDC, en 1948, el Marxismo-Leninismo fue adoptado como ideología política
oficial del país. Sin embargo Kim Il Sung no quería depender ideológica ni
políticamente de la Unión Soviética. Por
ello que el Juché, que fue considerado en un principio como una
adaptación creativa del Marxismo-Leninismo, gradualmente fue cobrando más jerarquía
hasta convertirse en la filosofía única y oficial del país. Como vemos la
filosofía Juché tiene fuertes connotaciones nacionalistas y es la que rige a
todo el sistema político, económico y cultural de Corea. Sin comprender esta
base ideológica, no es posible penetrar la realidad de Corea.
Según escribe Kim Jong Il en
1996, la filosofía Juche es una doctrina original que está desarrollada y sistematizada
con sus propios principios. Su mérito histórico en el progreso de las ideas
filosóficas no está en haber desarrollado la dialéctica materialista marxista
sino en haber definido nuevos principios filosóficos centrados en el hombre. [2]
Es curioso cómo esta filosofía
que revoluciona y envuelve a toda la construcción de un país y una sociedad, es en sus principios fundantes
una filosofía idealista. El movimiento
social cambia y se desarrolla según sus propias leyes, expresa Kim Jong Il, y es la
acción del hombre quien domina y transforma al mundo. El hombre realiza
actividades de transformación de la naturaleza para alcanzar su propósito de
dominar y transformar el mundo material objetivo. Con la transformación de la
naturaleza crea los bienes materiales y las condiciones para su vida material.
Esta actividad está encaminada a satisfacer sus necesidades sociales y puede
realizarse sólo mediante la cooperación social. Los hombres ejecutan las
actividades de transformación de la sociedad para mejorar y completar sus
relaciones de cooperación social. Son los hombres quienes transforman tanto la naturaleza como
la sociedad. A la vez que despliegan estas actividades no cesan de
transformarse y desarrollarse ellos mismos. En resumidas cuentas, la dominación
y transformación del mundo por el hombre se realizan por medio de la
transformación de la naturaleza, la sociedad y el ser humano, y su sujeto son
las masas populares. Estas crean todas las riquezas materiales y culturales de
la sociedad y desarrollan las relaciones sociales.
En palabras de Kim Jong Il,
"Si el marxismo creyó por primera vez en la concepción revolucionaria del
mundo de la clase trabajadora, la idea Juché lo perfecciona, desarrollándolo
una etapa superior."
Para el Juché, la historia es una
lucha continua llevada a cabo por la humanidad para formar una sociedad que
respete la independencia individual, dividida en fases cada vez más
emancipadoras, como el propio nombre de la doctrina sugiere (autosuficiencia),
esta lucha continua es una búsqueda del “enaltecimiento” de los individuos, fuerza que
es traspasada a las masas populares como fuerzas impulsoras de la construcción
de la nueva sociedad.
Desde nuestra perspectiva
occidental racionalista y positivista, podíamos calificar al Juché como un eclecticismo ideológico idealista
que, añadido a la espiritualidad distintiva de las sociedades orientales, que
explica en parte a una sociedad en la que prima un exagerado culto al líder, con
un sistema de gobierno cuasi
“teocrático” donde la dinastía de los Kim gobierna a perpetuidad, gracias a su concepción
social de que están “destinados por naturaleza” a liderar al pueblo coreano, y
a escribir la historia de éste. Todo esto en el marco de un Estado ultra burocratizado,
donde se ha formado una diferenciación clasista entre la burguesía burocrática
y la clase obrera norcoreana. Expresiones tan lejanas para nuestra cultura
occidental, como la de “Querido y Amado Líder”, “Presidente Eterno”, “Líder Supremo”, “Comandante Supremo”,
Brillante Camarada”, son expresiones de esa construcción ideológica y cultural propia que han preservado en los últimos 60
años.
El régimen de Pyongyang, al
basarse en esa ideología idealista, de la autosuficiencia, explica en parte su
hermetismo, su situación de aislamiento político y cómo el mundo ve a ese país, donde la imagen de sus líderes decora todos los rincones de la nación. Eso porque además su
bastimento ideológico, tiene que ver con toda una tradición milenaria del
Imperio, muy influida por la imaginería del imperio japonés.
La República Popular Democrática de Corea, surge al
término de la Segunda Guerra Mundial, cuando se logró expulsar la ocupación del
Imperio Japonés, momento en el que Corea sufrió la división del país por el
paralelo 38 debido a intereses geopolíticos de la incipiente Guerra Fría. En la
parte sur de la Península, Syngman Rhee
con el apoyo militar y financiero de Estados Unidos se conforma la República de Corea, en tanto, en el norte,
Kim Il Sung funda la República Popular Democrática de Corea, con el apoyo de la
Unión Soviética.
Pero el 25 de junio de 1950
comenzó la Guerra de Corea, a causa de los intentos de ambas partes de arrogarse la necesidad de
reunificar al país bajo sus respectivas visiones ideológicas e intereses políticos, conflicto
que finalizó el 27 de julio de 1953, al
firmarse el armisticio en el que se
definió una frontera inalterable y una zona desmilitarizada.
Desde ese momento ambas coreas se
desarrollaron bajo regímenes políticos y económicos opuestos, con una tensión
permanente que se mantiene hasta ahora, pero sin que se haya generado un
enfrentamiento mayor, aparte de incidentes aislados en la frontera.
Norcorea comienza a sí la
construcción de un socialismo sui generis, diferente a todo lo conocido tanto
en occidente como en oriente. Al ser un
país hermético y autosuficiente, con
poca apertura al exterior, se fueron tejiendo mitos y una leyenda negra
a su alrededor.
Uno de los mitos más
generalizados es que los norcoreanos son ignorantes, atrasados educativamente, obsecuentes
en todo lo que impone el Estado y el
Partido, y que carecen de la sofisticación suficiente
como para entender el mundo más allá de sus fronteras. Pero la realidad es
otra, los norcoreanos tienen una educación de muy alto nivel, muchos jóvenes
hoy estudian en el extranjero, especialmente en China, pero también en otros
países de Europa. En la RPDC hay una alfabetización
casi universal y alrededor del 40% de los graduados de secundaria pasan a la
educación universitaria.
El sistema de Salud de Corea del
Norte sería la envidia de muchos países en desarrollo debido a la abundancia de
personal médico disponible, como lo ha expresado el último informe de 2016, de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El
sistema de salud es extenso, con un
"médico de cabecera" que se encarga de unas 130 familias, con una
alta cobertura en las campañas de inmunización y el cuidado a madres e hijos.
Además, la población de Pionyang
y algunas otras ciudades cada día recibe más turistas extranjeros, lo cual abre las perspectivas a otras culturas
y pensamientos.
Por otro lado se mantiene el mito
que "Corea del Norte es una potencia militar peligrosa e irracional",
que es una amenaza potencial apara sus vecinos y para el mundo. Pero esta amenaza es absolutamente exagerada y desvía la atención de las provocaciones
reales. El riesgo de un conflicto no se
debe a que Pionyang sea "inherentemente irracional”, sino porque el conflicto subyacente entre Corea del Norte
y Corea del Sur sigue sin resolverse, que para la RPDC implica la unificación
de las dos coreas. Y no se resuelve
porque el conflicto es funcional a la
política de permanente agresividad de los Estados Unidos. Eso ha quedado demostrado palmariamente con
los últimos acontecimientos desde que tomó el poder Donald Trump.
De las diferentes intervenciones
de los jerarcas coreanos se desprende que la independencia nacional, es el
principio básico de acción internacional. El Gobierno de la RPDC traza y ejecuta su política exterior en
correspondencia con las exigencias de la
realidad de su país y resuelve todos los
problemas que se presentan en esas actividades, acorde a la aspiración y las
exigencias de su política, defendiendo con firmeza la dignidad y la soberanía
nacional en la palestra internacional.
Es necesario entender que la unificación
de Corea es la base de toda su política exterior. En palabras del propio Kim Il Sung, "El
problema de la reunificación de nuestro país es un problema importantísimo que
tiene que ver con el destino de la nación coreana. De no reunificar la Patria
ningún compatriota puede liberarse de la penalidad y de la calamidad causadas
por la escisión nacional ni es posible lograr el desarrollo unificado del país
y el florecimiento y la prosperidad de la nación."
Además, muchos ven a Corea, como
una amenaza debido a su arsenal nuclear. Pero es necesario tener en cuenta que el poder nuclear, fue
creado con la intención de desarrollar
la disuasión contundente contra una invasión o una intervención que pone en
peligro la seguridad y estabilidad del Estado.
Por lo demás, la capacidad nuclear de la RPDC es insignificante. Según
la Federation of American Scientists, en 2013, Estados Unidos, tenía 7.700
cabezas nucleares operativas, mientras que la RPDC solo poseía 10. Mucho se ha dicho en estos días que mientras
Estados Unidos en los últimos 50 años ha desatado el terror y la violencia en
Viet Nam, Irak, Afganistán, Libia, Siria, e interviene política, financiera y militarmente
en todo el mundo, Corea del Norte ha mantenido a pesar de las provocaciones una
permanente política de paz.
El tercer mito consiste en que
Corea del Norte es un Estado criminal, donde las actividades ilegales se llevan
a cabo por los representantes del Estado y del Partido a fin de obtener
beneficios personales. Esta falacia
proviene en su totalidad de los informes
del Gobierno de Estados Unidos, y los
medios de comunicación internacionales, que, a su vez, se basan en acusaciones
de desertores y de funcionarios norteamericanos no identificados, que carecen de evidencias. No hay que confundir, la estructura del
Estado centralizado y con elementos autocráticos, propios de las culturas
orientales, y más aún con la concepción filosófica del Juché, con la existencia
de un Estado violento, tiránico y
corrupto. Obviamente está lejos de asimilarse a los conceptos occidentales de
una democracia burguesa.
La imagen del país creada por los
medios de comunicación internacionales, oculta la realidad profunda de la
sociedad coreana y silencia los cambios importantes que esa sociedad está
experimentando en los últimos años y por ende entorpece nuestra comprensión de
las consecuencias políticas, que vive el
país.
Muchos de esos cambios – que en
algo se asemejan a las transformaciones
producidas en China – son de los últimos diez años, durante el mandato
de Kim Jong Un. Según estos cambios los empresarios están gozando de una
libertad anteriormente inimaginable que les permite fijar distintos salarios
para estimular la producción y despedir empleados. En el sector agrícola, los campesinos ahora
pueden vender el excedente de su
producción de forma privada después de entregar una cuota de la misma a los
organismos del Estado.
Los beneficios económicos ya se
dejan sentir en las calles de Pionyang, donde la supuesta “monotonía socialista”
está dando lugar a una diversidad cada mayor en productos y en calidad, incluido el uso de celulares
hasta hace poco prohibidos. En la RPDC de la última década se hace sentir con creciente fuerza la
demanda de la población por tener un mejor estándar de vida.
En Corea del Norte se ha organizado
un complejo sistema mixto en el que el Gobierno sigue gestionando los sectores
estratégicos de la economía, tales como armamento y extracción, mientras el
mercado para los productos básicos de consumo va adquiriendo mayor
preponderancia. Actualmente, el sector
privado significa un 30% de la actividad económica, según estimaciones
internacionales.
Otra señal de que el país está
experimentando cambios económicos es la presencia de capital extranjero. Por
ejemplo, una compañía egipcia ha suministrado la infraestructura para la
telecomunicación, Canadá ha invertido en la minería y hay un creciente
intercambio de productos y de tecnologías con China.
En definitiva la RPDC es una
nación independiente y soberana, que tiene un desarrollo político, social y
económico propio y original, que a pesar de lo que diga la propaganda
imperialista, es un Estado que no puede ser acusado de agresión en sus 60 años
de historia. Podemos estar a favor o en contra de su filosofía y forma de
estructurar su sociedad, pero no podemos desconocer su derecho a desarrollarse libremente.
La división del país, provocada
por fuerzas foráneas, debe ser eliminada, en todos los casos, por los propios
esfuerzos de nuestra nación, dijo Kim Il Sung en Charla con los miembros de las
delegaciones en las conversaciones de alto nivel Norte-Sur 20 de febrero de
1992. “Mientras el país esté dividido en Norte y Sur, si una parte se apoya en
las fuerzas foráneas y admite su intervención, esto es una acción de enfrentamiento,
y no de reunificación. Con tal postura, no puede llevarse a la práctica lo
acordado entre el Norte y el Sur, y es difícil efectuar diálogos en los que
ambas partes participen con confianza y responsabilidad. Ya que se han
comprometido a reconciliarse, deben abandonar la idea del enfrentamiento y
confiar en nuestra nación, en sus fuerzas independientes, y no apoyarse en las
foráneas. Además, tienen que prestar
primordial atención a la solución del problema de la paz y tomar medidas
prácticas para preservarla en el país”. [3]
Ronald Wilson
Comisión Nacional de Profesionales
Partido Comunista
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