martes, 2 de mayo de 2017

COREA DEL NORTE LA FILOSOFÍA DEL JUCHÉ O EL SOCIALISMO IDEALISTA.

Corea del Norte ha vuelto a ponerse en medio del debate mundial, no por acciones propias, sino por la inminente amenaza de Trump, en su locura de dominar el mundo sin contrapesos.

Para comprender la realidad de  la República Popular Democrática de Corea (RPDC), es necesario  conocer en qué se basa su  régimen político. Para todas las formalidades es un Estado Socialista, pero al contrario de lo que fueron los socialismos reales  e incluso de lo que es China, Corea  se rige bajo la filosofía  Juché, concebida por el fundador del Estado Kim Il Sung.

En 1965 Kim Il Sung hizo un célebre discurso en Indonesia, en donde presentó esta filosofía a la comunidad internacional como una solución a los problemas de países en vías de desarrollo. La idea Juché, fue descrita por Kim Il Sung como "la independencia política, autosuficiencia económica y autodefensa militar."

Para Kim Il Sung, la revolución y su construcción se basan en  las actividades conscientes del hombre y para establecer la idea Juché se debe ser consciente de que se  es el dueño de la revolución y su desarrollo,  centrando la revolución en su país  y solucionando todos los problemas que éste pueda tener mediante la iniciativa y el talento individual de cada  uno,  por eso el partido y el pueblo son los dueños de la revolución.  Asimismo elabora la idea del Zazusong, que es un atributo del ser social, el cual, siendo dueño del mundo y de su propio destino, quiere vivir y progresar de manera independiente.

Complementando los conceptos anteriores, en 1960 elabora el Chongsanri, como un método  de dirección de las masas, que demanda realizar la orientación partidista y estatal sobre la base del principio de poner siempre en primer orden los intereses populares, de responsabilizarse totalmente de la economía del país, de la vida del pueblo y de agrupar en torno al Partido y al Estado conduciendo  hasta el régimen comunista a todos los miembros de la sociedad mediante su educación y remodelación.

Para Kim afianzar la independencia política del país y ejercer plenamente el zazusong es necesario  construir una economía nacional independiente, por tanto la autosustentación económica es la base material de la independencia política. Sólo creando la economía nacional propia es posible consolidar la independencia, ejerciendo la soberanía y asegurando al pueblo una abundante vida material.  Para el Juché, la nación es el pilar sobre el cual  se construye una sociedad, en este sentido, auto defenderse  es el principio fundamental de la edificación del Estado soberano e independiente.  [1]


Sin ambages Kim Il Sung reconoce, que es necesario pertrechar a toda la sociedad con la idea Juché, que ese es el objetivo final del Gobierno.  Es el Estado quien  debe formar a todos los miembros de la sociedad como seres comunistas de tipo Juché y transformar consecuentemente la sociedad entera según los requerimientos de esta idea para conquistar las fortalezas ideológicas y materiales del comunismo.

A partir de esta idea  Kim il Sung plantea que es necesario liquidar las secuelas de la vieja sociedad en la política, economía, ideología, cultura y en las demás esferas de la vida social y transformar por vía revolucionaria la sociedad en todos los estratos de su base y superestructura. Por eso, el Estado de la clase obrera debe llevar a cabo, junto con la transformación del sistema social caduco, la revolución en las esferas de la ideología, tecnología y cultura para cumplir la histórica tarea de hacer realidad el zazusong en el pueblo trabajador.

Las tres revoluciones, explica, ideológica, técnica y cultural se plantean como cuestiones de particular importancia en aquellos países que fueron colonias o semicolonias, pero que han conseguido la independencia y están construyendo una nueva sociedad. De esas tres, la más importante es la revolución ideológica, ya que está llamada a transformar al hombre para convertir a los trabajadores en revolucionarios comunistas por medio de su “revolucionarización y claseobrerización”, y así lograr elevar su entusiasmo revolucionario e iniciativa creadora.

Poco después de la fundación de la RPDC, en 1948, el Marxismo-Leninismo fue adoptado como ideología política oficial del país. Sin embargo Kim Il Sung no quería depender ideológica ni políticamente de la Unión Soviética.  Por ello que el  Juché, que  fue considerado en un principio como una adaptación creativa del Marxismo-Leninismo, gradualmente fue cobrando más jerarquía hasta convertirse en la filosofía única y oficial del país. Como vemos la filosofía Juché tiene fuertes connotaciones nacionalistas y es la que rige a todo el sistema político, económico y cultural de Corea. Sin comprender esta base ideológica, no es posible penetrar la realidad de Corea.

Según escribe Kim Jong Il en 1996, la filosofía Juche es una doctrina original que está desarrollada y sistematizada con sus propios principios. Su mérito histórico en el progreso de las ideas filosóficas no está en haber desarrollado la dialéctica materialista marxista sino en haber definido nuevos principios filosóficos centrados en el hombre.  [2]

Es curioso cómo esta filosofía que revoluciona y envuelve a toda la construcción de un país y  una sociedad, es en sus principios fundantes una filosofía idealista.  El movimiento social cambia y se desarrolla según sus propias leyes, expresa Kim Jong Il,  y es  la acción del hombre quien domina y transforma al mundo. El hombre realiza actividades de transformación de la naturaleza para alcanzar su propósito de dominar y transformar el mundo material objetivo. Con la transformación de la naturaleza crea los bienes materiales y las condiciones para su vida material. Esta actividad está encaminada a satisfacer sus necesidades sociales y puede realizarse sólo mediante la cooperación social. Los hombres ejecutan las actividades de transformación de la sociedad para mejorar y completar sus relaciones de cooperación social. Son los hombres  quienes transforman tanto la naturaleza como la sociedad. A la vez que despliegan estas actividades no cesan de transformarse y desarrollarse ellos mismos. En resumidas cuentas, la dominación y transformación del mundo por el hombre se realizan por medio de la transformación de la naturaleza, la sociedad y el ser humano, y su sujeto son las masas populares. Estas crean todas las riquezas materiales y culturales de la sociedad y desarrollan las relaciones sociales.

En palabras de Kim Jong Il, "Si el marxismo creyó por primera vez en la concepción revolucionaria del mundo de la clase trabajadora, la idea Juché lo perfecciona, desarrollándolo una etapa superior."
Para el Juché, la historia es una lucha continua llevada a cabo por la humanidad para formar una sociedad que respete la independencia individual, dividida en fases cada vez más emancipadoras, como el propio nombre de la doctrina sugiere (autosuficiencia), esta lucha continua es una búsqueda del  “enaltecimiento” de los individuos, fuerza que es traspasada a las masas populares como fuerzas impulsoras de la construcción de la nueva sociedad.

Desde nuestra perspectiva occidental racionalista y positivista, podíamos calificar al  Juché como un eclecticismo ideológico idealista que, añadido a la espiritualidad distintiva de las sociedades orientales, que explica en parte a una sociedad en la que prima un exagerado culto al líder, con  un sistema de gobierno cuasi “teocrático” donde la dinastía de los Kim gobierna a perpetuidad, gracias a su concepción social de que están “destinados por naturaleza” a liderar al pueblo coreano, y a escribir la historia de éste. Todo esto en el marco de un Estado ultra burocratizado, donde se ha formado una diferenciación clasista entre la burguesía burocrática y la clase obrera norcoreana. Expresiones tan lejanas para nuestra cultura occidental, como la de “Querido y Amado Líder”, “Presidente Eterno”,  “Líder Supremo”, “Comandante Supremo”, Brillante Camarada”, son  expresiones  de esa  construcción ideológica y cultural  propia que han preservado en los últimos 60 años.

El régimen de Pyongyang, al basarse en esa ideología  idealista, de  la autosuficiencia, explica en parte su hermetismo, su situación de aislamiento político y cómo el mundo ve a ese  país, donde la imagen de sus líderes decora  todos  los rincones de la nación. Eso porque además su bastimento ideológico, tiene que ver con toda una tradición milenaria del Imperio, muy influida  por  la imaginería del imperio japonés.

La  República Popular Democrática de Corea, surge al término de la Segunda Guerra Mundial, cuando se logró expulsar la ocupación del Imperio Japonés, momento en el que Corea sufrió la división del país por el paralelo 38 debido a intereses geopolíticos  de la incipiente Guerra Fría.  En  la parte sur de la Península,  Syngman Rhee con el apoyo militar y financiero de Estados Unidos se conforma  la República de Corea, en tanto, en el norte, Kim Il Sung funda la República Popular Democrática de Corea, con el apoyo de la Unión Soviética.  

Pero el 25 de junio de 1950 comenzó la Guerra de Corea, a causa de los intentos  de ambas partes de arrogarse la necesidad de reunificar al país bajo sus respectivas visiones  ideológicas e intereses políticos, conflicto que finalizó  el 27 de julio de 1953, al firmarse el  armisticio en el que se definió una frontera inalterable y una zona desmilitarizada.

Desde ese momento ambas coreas se desarrollaron bajo regímenes políticos y económicos opuestos, con una tensión permanente que se mantiene hasta ahora, pero sin que se haya generado un enfrentamiento mayor, aparte de incidentes aislados en la frontera.

Norcorea comienza a sí la construcción de un socialismo sui generis, diferente a todo lo conocido tanto en occidente como en oriente.  Al ser un país hermético y  autosuficiente,  con  poca apertura al exterior, se fueron tejiendo mitos y una leyenda negra a su alrededor.

Uno de los mitos más generalizados es que los norcoreanos son ignorantes, atrasados educativamente, obsecuentes en todo  lo que impone el Estado y el Partido,  y  que carecen de la sofisticación suficiente como para entender el mundo más allá de sus fronteras. Pero la realidad es otra, los norcoreanos tienen una educación de muy alto nivel, muchos jóvenes hoy estudian en el extranjero, especialmente en China, pero también en otros países de Europa. En la RPDC  hay una alfabetización casi universal y alrededor del 40% de los graduados de secundaria pasan a la educación universitaria.  
El sistema de Salud de Corea del Norte sería la envidia de muchos países en desarrollo debido a la abundancia de personal médico disponible, como lo ha expresado el último informe de 2016,  de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El  sistema de salud es extenso, con un "médico de cabecera" que se encarga de unas 130 familias, con una alta cobertura en las campañas de inmunización y el cuidado a madres e hijos.

Además, la población de Pionyang y algunas otras ciudades cada día recibe más turistas  extranjeros,  lo cual abre las perspectivas a otras culturas y pensamientos.

Por otro lado se mantiene el mito que "Corea del Norte es una potencia militar peligrosa e irracional", que es una amenaza potencial apara sus vecinos y para el mundo.  Pero esta amenaza es absolutamente  exagerada y desvía la atención de las provocaciones reales.  El riesgo de un conflicto no se debe a que Pionyang sea "inherentemente irracional”,  sino porque  el conflicto subyacente entre Corea del Norte y Corea del Sur sigue sin resolverse, que para la RPDC implica la unificación de las dos coreas.  Y no se resuelve porque  el conflicto es funcional a la política de permanente agresividad de los Estados Unidos.  Eso ha quedado demostrado palmariamente con los últimos acontecimientos desde que tomó el poder Donald Trump.

De las diferentes intervenciones de los jerarcas coreanos se desprende que la independencia nacional, es el principio básico de acción internacional.  El Gobierno de la RPDC  traza y ejecuta su política exterior en correspondencia con las exigencias de  la realidad de su  país y resuelve todos los problemas que se presentan en esas actividades, acorde a la aspiración y las exigencias de su política, defendiendo con firmeza la dignidad y la soberanía nacional en la palestra internacional.

Es necesario entender que la unificación de Corea es la base de toda su política exterior.  En palabras del propio Kim Il Sung, "El problema de la reunificación de nuestro país es un problema importantísimo que tiene que ver con el destino de la nación coreana. De no reunificar la Patria ningún compatriota puede liberarse de la penalidad y de la calamidad causadas por la escisión nacional ni es posible lograr el desarrollo unificado del país y el florecimiento y la prosperidad de la nación."

Además, muchos ven a Corea, como una amenaza debido a su arsenal nuclear. Pero es necesario  tener en cuenta que el poder nuclear, fue creado con  la intención de desarrollar la disuasión contundente contra una  invasión o una intervención que pone en peligro la seguridad y estabilidad del Estado.  Por lo demás, la capacidad nuclear de la RPDC es insignificante. Según la Federation of American Scientists, en 2013, Estados Unidos, tenía 7.700 cabezas nucleares operativas, mientras que la RPDC solo poseía 10.  Mucho se ha dicho en estos días que mientras Estados Unidos en los últimos 50 años ha desatado el terror y la violencia en Viet Nam, Irak, Afganistán, Libia, Siria, e  interviene política, financiera y militarmente en todo el mundo, Corea del Norte ha mantenido a pesar de las provocaciones una permanente política de paz.

El tercer mito consiste en que Corea del Norte es un Estado criminal, donde las actividades ilegales se llevan a cabo por los representantes del Estado y del Partido a fin de obtener beneficios personales.  Esta falacia proviene  en su totalidad de los informes del Gobierno de Estados Unidos,  y los medios de comunicación internacionales, que, a su vez, se basan en acusaciones de desertores  y de  funcionarios norteamericanos  no identificados, que  carecen de evidencias.  No hay que confundir, la estructura del Estado centralizado y con elementos autocráticos, propios de las culturas orientales, y más aún con la concepción filosófica del Juché, con la existencia de un Estado violento, tiránico y corrupto. Obviamente está lejos de asimilarse a los conceptos occidentales de una democracia burguesa.  

La imagen del país creada por los medios de comunicación internacionales, oculta la realidad profunda de la sociedad coreana y silencia los cambios importantes que esa sociedad está experimentando en los últimos años y por ende entorpece nuestra comprensión de las  consecuencias políticas, que vive el país.

Muchos de esos cambios – que en algo se asemejan a las transformaciones  producidas en China – son de los últimos diez años, durante el mandato de Kim Jong Un. Según estos cambios los empresarios están gozando de una libertad anteriormente inimaginable que les permite fijar distintos salarios para estimular la producción y despedir empleados.  En el sector agrícola, los campesinos ahora pueden vender el excedente  de su producción de forma privada después de entregar una cuota de la misma a los organismos del Estado.

Los beneficios económicos ya se dejan sentir en las calles de Pionyang, donde la supuesta “monotonía socialista”  está dando lugar a una diversidad  cada mayor en productos  y en calidad, incluido el uso de celulares hasta hace poco prohibidos. En la RPDC de la última década  se hace sentir con creciente fuerza la demanda de la población por tener un mejor estándar de vida.

En Corea del Norte se ha organizado un complejo sistema mixto en el que el Gobierno sigue gestionando los sectores estratégicos de la economía, tales como armamento y extracción, mientras el mercado para los productos básicos de consumo va adquiriendo mayor preponderancia.  Actualmente, el sector privado significa un 30% de la actividad económica, según estimaciones internacionales.

Otra señal de que el país está experimentando cambios económicos es la presencia de capital extranjero. Por ejemplo, una compañía egipcia ha suministrado la infraestructura para la telecomunicación, Canadá ha invertido en la minería y hay un creciente intercambio de productos y de tecnologías con China.  

En definitiva la RPDC es una nación independiente y soberana, que tiene un desarrollo político, social y económico propio y original, que a pesar de lo que diga la propaganda imperialista, es un Estado que no puede ser acusado de agresión en sus 60 años de historia. Podemos estar a favor o en contra de su filosofía y forma de estructurar su sociedad, pero no podemos desconocer su  derecho a desarrollarse libremente. 

La división del país, provocada por fuerzas foráneas, debe ser eliminada, en todos los casos, por los propios esfuerzos de nuestra nación, dijo Kim Il Sung en Charla con los miembros de las delegaciones en las conversaciones de alto nivel Norte-Sur 20 de febrero de 1992. “Mientras el país esté dividido en Norte y Sur, si una parte se apoya en las fuerzas foráneas y admite su intervención, esto es una acción de enfrentamiento, y no de reunificación. Con tal postura, no puede llevarse a la práctica lo acordado entre el Norte y el Sur, y es difícil efectuar diálogos en los que ambas partes participen con confianza y responsabilidad. Ya que se han comprometido a reconciliarse, deben abandonar la idea del enfrentamiento y confiar en nuestra nación, en sus fuerzas independientes, y no apoyarse en las foráneas.  Además, tienen que prestar primordial atención a la solución del problema de la paz y tomar medidas prácticas para preservarla en el país”. [3]


Ronald Wilson
Comisión Nacional de Profesionales
Partido Comunista



[1] https://kfaeuskalherria.files.wordpress.com/2015/10/kimilsung1011-10.pdf
[2] https://www.marxists.org/espanol/kim-jong-il/1996/julio/26.pdf
[3] https://kfaeuskalherria.files.wordpress.com/2015/10/kimilsung1018-17.pdf

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